Bovinos

La atención del parto en rodeos de cría

En muchas ocasiones, el personal afectado al manejo de las vacas no sabe para qué sirve la tarea que realiza, porque nadie se lo explicó. Es imprescindible que el operario sepa qué hacer, cuándo actuar, comprenda la utilidad de su accionar y su contribución en beneficio de la vaca y de la empresa.

Entre una de las causas que afectan la eficiencia productiva y económica del sistema, figura la mortandad perinatal y posnatal de terneros. En tal sentido, se requiere trabajar activamente, junto a los productores y el personal, apostando por la capacitación, específicamente, en este caso, en el manejo y atención del parto y el recién nacido, como una herramienta clave para abordar un proceso de intensificación de la producción.

El adiestramiento de los operarios rurales, encargados de los rodeos de cría, deberá ser tenido en cuenta por las gerencias de las empresas ganaderas, porque, quienes están a diario al pie de las vacas, son los que deben tomar decisiones y asumir acciones que lleven a evitar pérdidas innecesarias, las que en su mayoría pueden ser prevenidas. Los recursos humanos capacitados representan una diferencia competitiva dentro de las empresas agropecuarias, que demandan personas que se integren y compartan los objetivos fijados. La diferencia estará en aquellos que saben por qué se hacen las cosas.


Celo, servicio y gestación.

La hembra bovina es un animal que presenta celo durante todo el año. Durante el celo (estro), la vaca muestra varios signos externos: inquietud y movimientos bruscos de la cola, arquea el lomo, descarga de mucus por vulva, vulva ligeramente enrojecida, monta a otras vacas y se deja montar. El más importante de estos signos y el que nos va a permitir definir perfectamente que una vaca está en celo, es la pasividad a la monta. Esto significa que la hembra bovina se deja montar por el toro o por otra vaca y permanece absolutamente quieta, por un período muy corto (10 a 15 segundos).

A partir del momento en que la vaca es servida y queda preñada, se inicia la gestación. Durante este período es muy raro que la vaca presente celos. Solo un bajo porcentaje de las hembras bovinas presentan celo estando preñadas (menos del 5 %). La gestación en la hembra bovina tiene una duración de aproximadamente 283 días, a partir del servicio. Esta duración varía de acuerdo a parámetros fisiológicos, es más corta cuando la vaca gesta mellizos o gemelos, cuando es vaquillona, habiendo variaciones que dependen de la raza.    

Aberdeen Angus: 278 días
Hereford: 285 días
Cebú: 290 días

El parto es el momento en el cuál finaliza la gestación, con la salida de un ternero maduro y apto para la vida. Esto sucede en el momento culminante de la gestación, cuando el feto ha llegado a una madurez total. Antes y durante el parto hay cambios  estructurales, hormonales, físicos  y  circulatorios entre la madre y el feto. El estímulo más evidente es el inicio de las contracciones uterinas, las que junto a las contracciones abdominales, inducen la expulsión del feto.


Causas y signos del inicio del parto.

La madurez y el tamaño alcanzado al término de la gestación, le quitan espacio al ternero dentro de la matriz, lo que desencadena un estado de estrés, a partir del cual, se generan cambios hormonales, físicos y circulatorios entre la madre y su hijo.

Estos cambios se inician unas 3 semanas antes del alumbramiento, en donde se aprecia el agrandamiento de la ubre, preparándose para la lactancia. La vaca camina arrastrando los miembros posteriores, como consecuencia del relajamiento de los ligamentos de la cadera y de la cola. El cuello del útero, que se mantuvo cerrado durante toda la gestación, comienza a dilatarse y la vulva se edematiza.


Inicio del parto.

Mucho se ha dicho sobre las causas que determinan el inicio del parto y su desarrollo armónico, luego de un período de gestación de duración característica, de acuerdo a cada especie y raza.


Causas externas:

• Las relaciones supuestas con las fases lunares y las mareas (que aún no se ha podido demostrar).
• Transportes y acciones mecánicas.
• Efectos sobre la psiquis que podrían adelantar o atrasar el parto.


Causas internas:

El feto es el responsable de iniciar el parto. Por su estado de madurez, la insuficiente provisión de elementos nutritivos por parte de la madre, la falta de espacio dentro de la matriz materna, hacen que el feto sufra un estado de estrés e incomodidad, liberando hormonas que actúan sobre la madre, desencadenando el parto.


Signos del parto.

En vacas y vaquillonas en estado avanzado de gestación, se pueden reconocer determinados cambios, que anuncian la proximidad del parto; ellos son:

• Los labios vulvares pierden sus arrugas.
• Por la comisura vulvar aparece un flujo mucoso filante.
• La ubre se hace más grande.
• Periodos del parto.

El proceso del parto se divide en tres periodos bien definidos, los que se diferencian uno del otro por los acontecimientos que se llevan a cabo en cada uno de ellos.

• Primer periodo: dilatación.
• Segundo periodo: expulsión.
• Tercer periodo: secundinación.


Periodo de dilatación:

Durante este periodo se produce la dilatación del canal blando, compuesto por el cuello del útero, la vagina y la vulva. El proceso se inicia con la dilatación del cuello uterino, gracias al inicio de las contracciones de la musculatura del útero. Estas contracciones permiten que las bolsas alantoides y amniótica, que contienen líquido en su interior, actúen como una cuña, las que, gracias a la presión ejercida por la acción de las contracciones, van a dilatar completamente el cuello, lo que va a permitir la salida del feto. La membrana alantoides se rompe primero y sale gran cantidad de líquido (orina del feto). La amniótica acompaña la salida del feto por el canal blando y al romperse, sale el líquido amniótico, que es espeso como clara de huevo y ayuda a que el ternero resbale por las paredes del canal blando. La duración de esta fase es de 6 a 12 horas (más corto en vacas y más largo en vaquillonas) finalizando con la ruptura de las bolsas y la salida de los líquidos fetales. Por lo general, el proceso pasa desapercibido hasta que se ven aparecer por la vulva los miembros del feto envuelto en la membrana amniótica.

Es muy importante destacar que bajo ningún concepto hay que romper las bolsas, ya que ellas están dilatando el canal blando, por la acción de las contracciones. De romper prematuramente las bolsas, la acción que ellas ejercen a manera de cuña se interrumpe; y por lo tanto, también se detiene la dilatación del cuello.


Período de expulsión:

Esta fase se inicia con la ruptura de las bolsas y el comienzo de los pujos, inducidos por las contracciones de los músculos abdominales. Se caracteriza por la progresión del feto a lo largo del canal del parto y finaliza con la expulsión del ternero. La duración de este proceso es de 1 a 3 horas. (Más corto en vacas y más largo en vaquillonas).

En esta etapa, la vaca se echa y comienza a hacer fuerza a través de las contracciones de los músculos del útero y la musculatura abdominal.
Ambas contracciones se producen en forma simultánea cada 2 a 3 minutos, con una duración de 60 a 90 segundos.
Gracias a la contracción de los músculos del abdomen, que unen al esternón con el hueso coxal, se produce la basculación de la cadera. Esta basculación solo es posible con la vaca echada, lo que permite cambiar al ángulo del hueso, facilitando el ingreso del feto al canal duro, posibilitando así la salida completa del ternero del claustro materno.


Periodo de secundinación:

Durante esta etapa se produce la eliminación de la placenta, proceso que debe ocurrir entre las 4 y las 6 horas posteriores al nacimiento del ternero. Esto sucede gracias al debilitamiento de los cotiledones de la placenta y a las contracciones de la musculatura del útero. No se debe intentar arrancarla manualmente antes de este periodo de tiempo. Si durante este lapso, la placenta no es expulsada naturalmente, no tratar de extraerla por la fuerza. En caso de demorarse más de doce horas, se está ante una de retención placentaria, aconsejándose la intervención de un veterinario, quien prescribirá las acciones y el tratamiento correspondiente para solucionar el problema.


Cuándo hay que intervenir en un parto.

Para atender cualquier parto, la premisa es ser paciente, pero estar preparado para llamar al veterinario cuando se presenten problemas.

Hay que darle a la vaca el tiempo necesario para prepararse. Si luego de 1 a 2 horas de pujos intensos, los miembros anteriores o posteriores del ternero no aparecen, no existen signos de progreso y la madre comienza a mostrar signos de cansancio, se está ante la presencia de un parto demorado, que no puede ocurrir de forma natural. Es en estos casos cuando se habla de partos distócicos.

Por tal motivo, para poder decidir cuándo y cómo ayudar, es muy importante conocer bien el mecanismo del proceso de cada una de las etapas. No actuar nunca si no se hace previamente un diagnóstico de la situación y; si no hay certeza de poder corregir el problema, solicitar inmediatamente ayuda profesional para la asistencia del parto.



Información extraída del manual "La atención del parto en los rodeos de cría" de los Médicos Veterinarios Luis Rhades, Bruno Rutter y Héctor Schreyer; publicado por INTA.