Para comenzar con la charla, tanto Leticia como Daniel explicaron el por qué del disparador que eligieron para brindar sus conocimientos. Ambos creen que es una falencia no mirar el producto final y que la idea principal es cambiar el enfoque con el que miramos actualmente a la ganadería. “Siempre hablamos de los animales, de la producción y nos olvidamos de qué es lo que estamos produciendo, lo que ofrecemos al mercado” dijo Leticia. En concordancia, Daniel, siguiendo los pasos de Aníbal Pordomingo, comentó que el objetivo es llegar directamente al producto final y desde ahí ir de atrás hacia adelante a la base de la producción.
Te invitamos a ver la charla completa acá
Leticia tiene una carnicería en Ingeniero Luigi, La Pampa, por lo que en los últimos años ha podido conocer a fondo la demanda del consumidor y las medias reses. Además de eso, realiza ciclo completo con sus animales, es decir, cría, recría y engorde, por lo que hace un seguimiento exhaustivo de lo que sucede sobre todo desde el ciclo de engorde hasta que llega el animal faenado y despostado a la carnicería. “Es un mundo interesante y el productor no lo conoce, básicamente no sabe bien qué es lo que sucede con su animal tranqueras afuera de su campo”, afirmó.
Para poder evaluar toda la cadena de producción de carne desde atrás hacia adelante primero hay que tener en claro cuál es la pirámide del proceso productivo, es decir, cómo se llega desde la cría hasta los productos finales.
Daniel explicó que en la base se encuentra la concepción y la fertilidad. Todo arranca desde allí, con animales adaptados. Luego, sigue la facilidad de parto. Habilidad materna, destetes normales, una recría y un desarrollo para todas las masas musculares que tienen que ser adecuadas para llegar a los datos deseados, son algunos de los escalones siguientes.
Lógicamente después está la terminación y la carcasa, que llega ya casi a la punta de la pirámide con la faena que va a la góndola. El último eslabón de la cadena es un consumidor satisfecho.
Tal como predicamos en este ciclo Ganadería de Precisión, lo que no mide, no se conoce y por lo tanto no se puede mejorar.
Ambos productores vienen realizando medidas y estableciendo datos dentro de sus establecimientos. En esta presentación nos mostraron algunos de ellos, Leticia vinculándolos con su labor en la carnicería y Daniel en lo que respecta al consumo de alimento residual (RFI).
En relación a la primera, Leticia explicó los pasos que realiza en el trabajo de investigación de medir la carcasa previo a la faena.
1) Peso vivo menos el desbaste del 8%. Esto sucede en el campo.
2) Ecografía e identificación de carcasa.
3) Presenciar la faena junto con los animales. Esto es muy importante para seguir la trazabilidad del animal que se va haciendo.
4) Identificar la media con el animal. Es la parte más difícil de llevar a cabo dentro del frigorífico porque a medida que va avanzando la faena, si uno no está atento, se pierde entre los animales y las medias.
5) Desposte en carnicería.
6) Pesaje corte por corte.
7) Llenado de planillas de la carnicería donde están identificados los cortes.
8) Procesamiento de datos.
Por otro lado, en lo que respecta al RFI, Daniel contó que hace aproximadamente 6 años se interesaron en este carácter para adosar a los otros que venían trabajando dentro de la producción de Limangus. Luego de ir a ver cómo funcionaba en Brasil y Uruguay, se reunieron con Aníbal Pordomingo, quien Bovetti llamó el “padre del RFI en Argentina”. Él ya tenía un desarrollo en INTA Anguil y de su mano comenzaron con el desarrollo de las mediciones en su establecimiento.
El objetivo principal es cambiar la forma en la que miramos el proceso de producción de la carne. Entonces, si avanzamos desde el producto terminado, ¿qué información nos brinda este?
Leticia, quien está muy vinculada con la carnicería, nos demostró que solo con observar una costeleta en la góndola, por ejemplo, tenemos mucha información.
• La grasa dorsal es el grado de engrasamiento o de terminación. Con esa grasa, que tiene que ser de 7 mm en un novillo terminado, es suficiente para que la media tenga la cobertura de grasa necesaria para que no tenga pérdidas de agua por deshidratación, no haya contaminación bacteriana y no se ponga oscura.
• El ojo de bife es lo que nos da una apreciación de la capacidad carnicera que tiene el animal. A mayor AOB (Área de Ojo de Bife) hay mayor relación músculo/hueso, mayor espesor de todos los músculos de la carcasa y mayor % de cortes minoristas. También hay que tener en cuenta que el AOB es, dentro de los caracteres, uno de los de mediana-alta heredabilidad, es decir que elegir padres con AOB alta nos va a garantizar en su descendencia este carácter.
• Por otro lado, de acuerdo a la cantidad de grasa intramuscular que tenga, se considera lo que es la calidad de la carne en cuanto a la terneza y la jugosidad.
Luego de mostrar ejemplos sobre qué sucede en la carnicería al momento del desposte y cómo muchas veces se desperdicia producto y por ende disminuye el dinero, Leticia concluyó que aunque Argentina es uno de los principales países productores de carne del mundo, está muy abajo en lo que tiene que ver con el peso de la res.
“La idea es aumentar el peso de la res, no aumentando el peso vivo, porque no significa tener animales más grandes de tamaño, sino animales que tengan más kilos de carne bajo el cuero y el mismo peso vivo”, afirmó. Ese es el gran desafío que se viene en la ganadería: ser más eficiente en todo el proceso productivo y aumentar el rinde, y eso se logra con el primer eslabón de la cadena: la genética.
En este sentido y como mencionamos en la primera nota (link) de este webinar, Daniel realiza mediciones de consumo de alimento residual (RFI) en su establecimiento.
Definido por el PhD. Anibal Pordomingo, el RFI es la eficiencia de conversión corregida por crecimiento y tamaño del animal, y sirve para medir la variación en el consumo de alimento más allá del requerido por un animal para mantenerse y crecer.
En otras palabras, es la diferencia de consumo observado sobre una diferencia de consumo estimada.
Bovetti cuenta con diferentes dispositivos en su establecimiento como comederos inteligentes, caravanas y botones electrónicos y balanzas adosadas a los bebederos de agua. De esta manera no solo puede saber exactamente cuánto alimento consumió cada individuo, sino que también mide el RFI, el número de corral en el que estuvo el animal, ID (identificación electrónica), IDV (identificación visual), el peso vivo del reproductor y su aumento, la circunferencia escrotal y las características de lo que es carcasa (área de ojo de bife, engrasamiento de cadera, engrasamiento dorsal, grasa intramuscular).
Estos datos son una gran herramienta para seleccionar reproductores deseados que van a mejorar la eficiencia de conversión y que luego se pueden multiplicar para tener su progenie.
Para cerrar la charla, los productores brindaron conclusiones acerca de su interesante disertación.
1) La primera premisa es trabajar con biotipos adaptados al ambiente que a cada uno le toque producir y en base a eso tomar las decisiones, no es lo mismo producir en el norte que en el sur.
2) Enfocarse en productos de calidad para los diferentes mercados.
3) Los datos de carcasa y RFI son de alta relevancia económica en el negocio.
4) RFI negativos y carcasas superiores en los rodeos nos llevarán a producciones eficientes y amigables con el medio ambiente. Esto tiene que formar parte de las decisiones del productor, debemos demostrar que desarrollamos la producción de la manera más eficiente y haciendo buen uso de los recursos.
¡Gracias Daniel y Leticia por compartirnos sus conocimientos!
Es muy válido e importante que cada vez nos empapemos más de estas temáticas que nos competen en la ganadería actual y del futuro.
No te pierdas nuestra sección de Charlas y Webinars en YouTube. ¡Suscribite haciendo clic acá para ver las nuevas ediciones!
