Jude Capper, investigadora inglesa, sostiene que cualquier sistema de producción de carne o leche puede ser sustentable, pero depende de cuán eficientes sean. Actualmente, la agricultura y la producción de alimentos no solo se enfocan en los datos productivos y económicos, sino también en obtener resultados que muestren que son producidos sustentablemente.
Esta productividad ha mejorado rápidamente con la incorporación de la tecnología en los sistemas ganaderos y lecheros. Existen herramientas que facilitan las tareas diarias, haciendo que los productores que las usan puedan cada día producir más litro por animal sin aumentar el consumo diario de alimento.
Gracias a estos avances, la huella de carbono por litro se redujo un 63 % entre 1944 y 2007 y un 19% desde 2007 al 2017.
Para lograr la eficiencia productiva hay algunos aspectos fundamentales. La genética, la nutrición, la salud del animal o la reproducción son algunas áreas en las que el productor puede actuar para disminuir la huella de carbono por unidad producida. El confort animal, el lugar de descanso del mismo y brindar el acceso libre a agua limpia y fresca son un ejemplo de esto, ya que si se mejoran las medidas en la producción individual, se mejorará también la eficiencia de la conversión de alimento en leche o carne disminuyendo la huella de carbono por unidad de producto.
Ernesto Viglizzo en 2019 mostró cómo en Argentina el secuestro de Carbono en el sector rural, dado por la fijación de Carbono de los pastizales naturales y cultivados, supera ampliamente a las emisiones de gases de efecto invernadero y de esa forma se genera un balance de carbono.
Se busca entonces producir más por animal con menos recursos, emitiendo menos por unidad de producto como sector y fijando la mayor cantidad de carbono posible para que el resultado sea un balance de carbono neutro o negativo que evite el calentamiento global.
En los últimos 30 años se dio un avance significativo en todos los sistemas en cuanto a la productividad pero también a la reducción de emisiones de carbono. Las proyecciones para los próximos años marcan continuidad en las mejoras y el logro en muchas actividades productivas de balance cero.
Cada uno de nosotros es responsable de comprometerse para que estas proyecciones sean una realidad en un futuro cercano.